miércoles, 19 de marzo de 2014

¿Está bien que podamos diseñar genéticamente a nuestros hijos?


Una de las características del animal que somos es la capacidad técnica. Podemos operar con el medio ambiente para producir objetos o procedimientos que favorecen nuestra supervivencia. Esto es también frecuente en otros animales (pájaros que utilizan piedras para romper huevos, monos que fabrican y usan palos para "pescar" termitas, etc.). Pero el caso del animal humano parece especial. Nuestra capacidad técnica es incalculablemente mayor que la de cualquier otro animal. Durante siglos, la técnica humana (la agricultura, la minería, la ingeniería, etc., etc.) ha logrado transformar radicalmente el medio ambiente (cambiando bosques por campos de cultivo, horadando montañas, cambiando el curso de los ríos...). Pero más aún, desde hace muy poco tiempo la relación entre la técnica, la ciencia moderna, y las empresas y Estados que se benefician de los nuevos descubrimientos, ha dado lugar a la "tecnología" o "tecnociencia". La tecnología actual nos dota de unas capacidades inauditas y que dan mucho que pensar. Una de ellas es la capacidad de diseñar genéticamente el físico de nuestros hijos. Sin embargo, éste y otros "adelantos" provocan un gran rechazo en la gente.

¿Por qué crees que se produce ese rechazo, en concreto al diseño genético de los hijos, y en general a todo lo que hoy promete la tecnología?

2 comentarios:

  1. Yo pienso que se produce rechazo porque todo cada vez va siendo mas nuevo gracias a la tecnología entonces la gente pues piensa que con recursos tecnologicos o no sus hijos tienen que ser guapos ya se parezcan a ellos o no eso les da igual porque como que han crecido y desarrollado en un ambiente que casi todas las cosas que quieran hacer es posible.

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  2. Más que un rechazo, lo que pienso que se da es una especie de miedo, miedo a lo desconocido, miedo al qué pasará. Al modificar genéticamente los fetos, se está jugando o se está manipulando algo que nunca antes se había hecho, se está jugando al fin y al cabo a ''ser Dios'' y a cambiar el curso normal de la naturaleza. <no sabemos que consecuencias puede acarrear esto y de ahí se produce el rechazo.

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